¿Puede alguien sin formación científica volarnos la cabeza a base de conexiones a través de una matriz y de vaqueros del ciberespacio? Pues indudablemente la respuesta es sí. Y así lo hizo William Gibson con su archiconocida novela Neuromante, ganadora de los premios Nébula, Hugo y Philip K. Dick. En ella encontraremos el cóctel Cyberpunk por antonomasia; dilemas existenciales de una inteligencia artificial, hackers del ciberespacio especializados en el robo de la tan codiciada información y un mundo opresivo y decadente; todo ello aderezado con grandes dosis de imaginación, tecnicismos por doquier y una atmósfera oscura que lo envuelve todo. Una manera de definir esta obra sería la de una humanidad que ansía la artificialidad, y una mente sintética que busca, por decirlo de alguna manera, ser considerada más humana.
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